La Coordinación Valenciana de Solidaridad con Colombia (CVSC) cumple 10 años y queremos celebrarlo con todas y todos vosotros. En el otoño de 2005, varias organizaciones sociales que realizábamos trabajo de solidaridad con Colombia decidimos coordinar nuestras acciones para ser más efectivas en nuestro apoyo a la lucha del pueblo colombiano por la defensa de sus derechos y en la búsqueda de una solución negociada al conflicto armado, político y social fundamentada en la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas.
Era una época especialmente dura. La llegada a la Presidencia de Álvaro Uribe Vélez y su política de “seguridad democrática” empezaba a dar resultados. Entre 2002 y 2004, 6.000 civiles habían sido asesinados o desaparecidos, medio millón de personas fueron forzadas a abandonar sus tierras y centenares sufrieron torturas, la mayoría a manos de la Fuerza Pública o de sus aliados los paramilitares. Este incremento de la represión provocó el desmantelamiento de buena parte de las organizaciones sociales colombianas y el desplazamiento o exilio de muchos líderes y lideresas. Al mismo tiempo, los niveles de miseria en el país y el gasto en la guerra crecieron paralelamente: el 64% de la población se vio sumida en la pobreza mientras el presupuesto para defensa alcanzó los 4.000 millones de euros anuales. Ante esta situación, la mayor parte de la comunidad internacional guardaba un silencio cómplice o directamente alentaba a Uribe en su lucha contra el “terrorismo”.
Por eso, desde el comienzo, la CVSC se propuso mostrar ante los ojos de las y los valencianos la Colombia real que no aparece en los medios de comunicación, a través de los testimonios directos de quienes sufren la violencia. Durante estos años, compañeras y compañeros de Cedsala, Entre Iguales Valencia, CEAR-PV, Colectivo Sur Cacarica, CEPS, Intersindical, Amnistía Internacional, Atelier, Sodepau-PV, Ospaaal, Aspaz, Fiadelso y defensoras y defensores de derechos humanos colombianos refugiados en Valencia hemos organizado comisiones a Colombia para verificar en el terreno la situación de la población y elaboramos informes denunciando la sistemática violación de sus derechos; trajimos a decenas de víctimas que explicaron en primera persona a la sociedad valenciana lo que pasa en sus comunidades; reaccionamos con decenas de comunicados y llamadas ante las situaciones de amenazas de muerte y agresiones contra las y los defensores y contra las comunidades campesinas; realizamos fiestas solidarias, protestas y actos de dignificación de las víctimas; proyectamos documentales y películas e impulsamos debates, talleres y conferencias; logramos hacer un hueco a Colombia en la agenda de nuestros representantes políticos; propiciamos la coordinación entre las entidades del Estado español que defendemos los derechos humanos de las y los colombianos…
El balance es agridulce. Aunque hicimos lo que pudimos, no fue suficiente. Algunos de nuestros compañeros colombianos fueron asesinados, otros tuvieron que dejar su hogar para evitar las balas y las poblaciones campesinas siguen sufriendo el acoso de quienes quieren despojarlas de sus tierras y acabar con su proceso comunitario. Y, sin embargo, las organizaciones populares colombianas han resistido y siguen en pie, empeñadas en transformar esa terrible realidad. Estos son momentos esperanzadores para Colombia, momentos en los que un amplio aliento anima y jalona el tan necesario proceso de paz que se ha puesto en marcha. Por eso, queremos que este décimo aniversario de la CVSC sirva para reencontrarnos quienes hemos compartido alegrías, impotencias, logros y tristezas, valorando nuestro trabajo, con la voluntad de seguir en la lucha aunando esfuerzos para contribuir a lograr la paz con justicia social en Colombia.